
El nuevo Papa juega Wordle y Words With Friends tras el Conclave

Robert Francis Prevost, quien recientemente ha sido nombrado Papa Leo XIV, comparte una faceta sorprendente: es un apasionado de los videojuegos. Este nuevo pontífice fue elegido durante el cónclave que siguió al fallecimiento de Papa Francisco, y su camino hacia esta nueva responsabilidad ha tenido momentos ligeros, como jugar a Wordle y Words with Friends con su hermano, John Prevost, para distraerse de la presión de su elección.
La elección y aficiones del nuevo Papa
Prevost fue elegido en el segundo día del cónclave, un proceso que culminó con su nombramiento como 257º Papa y el primer pontífice estadounidense. Este nombramiento ha suscitado un gran interés no solo por su origen, sino también por sus actividades personales, que incluyen su amor por el béisbol, siendo un declarado fanático de los White Sox de Chicago.
Momentos previos al cónclave
John Prevost compartió que los videojuegos fueron una forma de aliviar la tensión antes del cónclave, donde su hermano vigorizó la noche jugando y riendo. Sin embargo, durante el cónclave, todos los cardenales, incluido Leo XIV, debieron entregar sus dispositivos móviles, lo que imposibilitó cualquier distracción digital en esos momentos cruciales.
Papa Francisco y su legado
El reciente fallecimiento de Papa Francisco a la edad de 88 años marcó el fin de una era que comenzó en 2013. Se conocía que Francisco tenía un interés particular por los videojuegos, poseyendo incluso una copia de Undertale, un regalo de un popular streamer. Además, se ha confirmado que una copia de Baldur's Gate 3 fue vendida en Ciudad del Vaticano, aunque la identidad del comprador permanece desconocida.
Un nuevo capítulo para el Vaticano
Desde su elección, el Papa Leo XIV promete traer una nueva perspectiva al Vaticano. Su trasfondo en Chicago y su afinidad por la cultura popular podrían ofrecer un enfoque fresco y moderno a las tradiciones más arraigadas de la Iglesia Católica.
Con este contexto, la elección de Leo XIV no solo resalta la importancia del evento histórico, sino también la singularidad de un líder que, como muchos otros, disfruta de los pequeños placeres de la vida, como los videojuegos. Este aspecto más humano es un recordatorio de que, a menudo, los grandes líderes también tienen momentos de ocio y diversión en su vida cotidiana.